Expectante a tu llegada,
me sorprendiste ansiosa y confiada,
con la memoria llena de lecciones olvidadas.
Quítame las dudas y miedos arraigados,
envuélveme en la certeza del presente equilibrado.
No, no me arrebates mi suspiro y mi calma,
deseosa estoy por conservar el aura
y continuar mi vuelo.
Allanemos el camino,
construyamos juntos una vía de despegue,
y aterricemos en un sendero que conduzca a la enternidad ¿Qué tal la vía láctea?